El sábado visitaron Montesa, su castillo (por fuera, ya que está en obras), y su iglesia parroquial que es un pequeño tesoro artístico escondido. El párroco, Miguel, nos acogió y dedicó una hora larga a explicarno los secretos de esta bellísima iglesia, desde el órgano hasta la capilla de la comunión, pasando por los impresionantes cuadros del siglo XVI que alberga. Y lo hizo con una sencillez y una erudición que nos ganaron a todos.
El domingo nos dedicamos a repasar algunos conceptos básicos de la esgrima como la distancia, los desplazamientos y la necesidad de saber pasar del medio de proporción al medio proporcionado.
Como siempre, un honor para nosotros visitar a nuestros amigos y hermanos de armas.